domingo, 15 de mayo de 2016

Mi propuesta de preselección

Lo primero, gracias por dedicarle unos minutos a leer esta propuesta. Normalmente todos los años suelo proponer un formato de preselección para el año siguiente, en función de lo que sirve en otros países, y aplicándolo al nuestro. Y yo vengo a cumplir con la tradición. ¡Ojo! Esto es una de las infinitas posibilidades que puede haber, la mía, y por lo tanto esto es una opinión personal. Vamos, que yo ni traigo el maná ni pretendo traerlo, simplemente cumplir con una tradición que tiene este blog. Una propuesta que como veréis está totalmente motivada en cada uno de sus planteamientos, y que está basada en tres pilares: música, televisión y un pasado de éxitos.

Comencemos por el principio: ¿qué es lo primero que hay que hacer? Obviamente anunciar tanto la fecha como el lugar. Yo voy a proponer una fecha y un lugar: 28 de enero, Teatro Real de Madrid. ¿Por qué ese día? Consultando el calendario del recinto, es un día que está disponible, y el mes de enero por lo que veo está bastante despejado. ¿Y por qué el Teatro Real? Pues por varios motivos. El primero de ellos es que Televisión Española actualmente no tiene platós, y si quiere hacer una preselección como este año tendrá que alquilarlo, con los costes que eso supone. ¿Por qué no puestos nos vamos a un recinto, que además permite cobrar entrada a los asistentes? Así se cubre parte del gasto de la preselección, además de que es un espacio ya conocido por Televisión Española, puesto que varias son las emisiones que se hacen a lo largo del año desde el Teatro Real, lo que nos permitiría tener una buena señal televisiva y, sobre todo, el tan deseado buen sonido. ¿Y por qué no volver al lugar en el que se celebró el Festival de Eurovisión de 1969? Sería sin duda un bonito guiño a ese pasado triunfal de España en Eurovisión. ¿Y qué cantante no querría cantar en un buen show televisivo en Prime Time en pleno Teatro Real? Además de que sería una buena prueba de fuego para los artistas, puesto que no es lo mismo cantar ante cuatro eurofans en un cutreplató con mal sonido, que ante una numerosa audiencia en un escenario imponente. Pero... ¿y esto quedaría bien? Bueno, compruébalo.

Tenemos la fecha anunciada con el suficiente tiempo (y cuando digo suficiente tiempo digo que este mes tendría que estar anunciada, para que los compositores y cantantes tengan tiempo más que de sobra para preparar candidaturas competitivas), y ahora hay que establecer los plazos. Federico Llano, no sé si preso de la ignorancia o con ganas de tomarnos el pelo, dice que "no se puede trabajar con una canción que esté publicada antes del 1 de septiembre". Pues vamos a hacer una cosa: que los temas no se publiquen hasta que Televisión Española quiera. Fácil, ¿no? Eso que hacen las televisiones nórdicas habitualmente. Si tú ya anuncias que desde el jueves 1 de septiembre hasta el jueves 15 de septiembre se pueden enviar canciones, tienes un amplio plazo de dos semanas para el que quiera pueda mandar su tema. Temas que, como ya hemos dicho, serían exclusivos para la preselección, y que tendrían meses de trabajo encima (junio, julio, agosto y parte de septiembre), y no un simple estribillo en una servilleta. Tendríamos candidaturas competitivas, no churros de última hora. ¡Por fin podríamos aspirar a tener una canción votable por el público!

Recapitulando: tenemos una preselección el día 28 de enero en el Teatro Real, que ha sido anunciada el 30 de mayo de este año, y cuyo intervalo para recibir candidaturas va desde el 1 hasta el 15 de septiembre. Y ya Televisión Española se puede tirar esos cuatro meses a la bartola si quiere, porque ya ha dejado hecho lo que tiene que dejar hecho ahora: la base de la candidatura española. Bien. ¿Y quién se encargaría de elegir las finalistas? El número perfectamente puede oscilar entre 8 y 10, y obviamente hablamos de una única gala, que hoy en día en España nadie se tragaría más de una gala de preselección para Eurovisión, poco a poco. Volviendo a lo de antes, yo lo tengo claro: nombres como Tomás Fernando Flores, Pilar Tabares, José Ramón Pardo, Alejandro Abad... en definitiva, un comité de 5 ó 6 entendidos de música que sepan lo que buscan: el tema (no Toñi, eso de "sin voz no hay tema es mentira", que esto es un concurso televisivo de canciones, no de voces). Y hay que evitar caer en lo de siempre: solistas con canciones más o menos parecidas entre ellas. La base del éxito de la preselección ucraniana de este año es la variedad, tanto en estilo como en tener solistas, dúos, grupos... una selección variada y de calidad para que cuando la gente vea el programa no se aburra, y para que cuando tenga que votar lo tenga complicado entre tanto tema interesante. Y para esto hay tiempo de sobra, para que en diciembre (pongamos que el día 19) podamos anunciar quiénes son los participantes de la final nacional.

Te plantas en diciembre, anuncias en una rueda de prensa al estilo Melodifestivalen los nombres, y ya tienes un mes generando expectación hasta que, a una semana de la preselección, publicas los temas. Si el trabajo se ha hecho bien, tendremos la suerte de tener varios temas competitivos que nos permitan tener una preselección de calidad y, muy importante, vista por el público. Pero no solo basta con eso: hay que desligar totalmente la preselección de Eurovisión en cuanto a imagen. Por ello yo apuesto, de nuevo tendiéndole la mano al pasado, por el nombre de "Pasaporte a...". Cada una de las preselecciones europeas tiene un nombre reconocible (Melodi GP, Melodifestivalen, A Dal, Unser song für...), y nosotros tenemos uno que, a día de hoy, sigue teniendo buena fama. Y como esta es una preselección con visos de futuro, ¿por qué no rescatar tan emblemático nombre?

Otro punto importante es el de las puestas en escena. Bélgica, competidor directo de España, nos ha dado una paliza precisamente por ello. Y es que los belgas se marcaron un pedazo show televisivo, y simplemente tuvieron que llevar su misma puesta en escena desde la preselección al Festival, con ligeros cambios. ¿Por qué no podemos hacer nosotros eso? Llevamos sin hacerlo desde el año 2010. Vamos a fomentar eso, que los artistas entiendan que la preselección no es una preselección, sino que es el primer ensayo de Eurovisión, en el que hay que llevar los deberes hechos, o al menos una base, que posteriormente se pueda reflejar en el Festival. Lo ha hecho la propia Bélgica, pero lo ha hecho Hungría, lo ha hecho Suecia... y no lo ha hecho Estonia (principal razón de su puesto, a mi parecer). Terminemos con ese cliché de "no, luego en Eurovisión hago otra cosa porque esto es solo una preselección". Es que no es "solo" una preselección: es el primer paso hacia Eurovisión. La base de tu candidatura.

Y nos queda el último pilar, con el que cerramos este modelo de preselección: que sea una preselección televisivamente atractiva. Y para ello hay que renegar de términos como "eurovisivo", "eurofans", "Eurovisión" y otros derivados empleados en cada una de las preselecciones. Por tanto no tiene que aparecer ningún logo de Eurovisión, ni tiene que hablarse con eurofans, ni tonterías de estas que meten todos los años. Sobran las valoraciones del jurado (sí que mantendría el 50% del jurado, pero un jurado que no estuviera presente en plató, sino que emitiera su veredicto desde una sala, y que estuviera compuesto por compositores, coreógrafos, escenógrafos... y obviamente sin presencia ni de elementos peloteros ni de eurofans), y hay que conseguir una gala que sea dinámica. No hace falta meter un recap cada cinco minutos, ni abrir el televoto al comienzo, ni hacer un cutremedley de inicio en playback que luego será usado para el recap, ni cutrepreguntas por vídeo a los participantes... mejor que nuestros candidatos solo salgan para la presentación, la actuación y los resultados, y estén lo más escondidos posible durante el resto de la gala, que esto no es un circo. Una gala cortita, amena para la noche del sábado, con buena música y bien producida. Y ya. No hace falta nada más.

A partir de aquí, ya es cosa de nuestro elegido el representar nuestros colores adecuadamente, pero la base sólida ya la tendrá: un tema que ha pasado una doble fuerte selección, y que tiene una base escenográfica para llevar a Eurovisión. Solo faltaría pulir detalles y esperar a que todos los astros nos favorezcan para que llegue un buen resultado el próximo año en Kiev.

Como siempre os digo, todos los comentarios (mejor si son por Twitter a la cuenta @aetuiter) son bienvenidos, así como que se comparta esta idea y que aparezcan otras, a ver si entre todos conseguimos dar con la tecla de un buen método para España en Eurovisión que, sobre todo, pueda ser mantenido con los años.

5 comentarios:

  1. Me parece un gran artículo, pero desgraciadamente esto es TVE

    ResponderEliminar
  2. Por artículos como este no deberías cerrar la cuenta de twitter

    ResponderEliminar
  3. YO TE PROPONGO A TI QUE SABES BIEN DE EUROVISION.TU ARTÍCULO ESTÁ MUY BIEN REDACTADO Y LO COMPARTO CONTIGO.SALUDOS.

    ResponderEliminar
  4. YO TE PROPONGO A TI QUE SABES BIEN DE EUROVISION.TU ARTÍCULO ESTÁ MUY BIEN REDACTADO Y LO COMPARTO CONTIGO.SALUDOS.

    ResponderEliminar
  5. Me parece una buena idea, solo que yo en lo personal le agregaría algunos puntos más
    1. En lo que dices que los temas salgan 1 semana antes estoy en contra, pienso que como mínimo debería ser 2 semanas antes para que la gente se vaya familiarizando con todos (Tienen que ser temas que sean para el público en general, para la industria musical, que gusten en España, no productos solo para Eurovisión)
    2. Mayor contacto con las radiodifusoras para que se vayan promocionando los temas candidatos, además de una mayor difusión para que se vayan abriendo camino esos artistas. Que además de convertirse la preselección en escoger quien irá al ESC, también represente una plataforma ´para los demás participantes para abrirse camino y difundir su música, que se convierta también en una referencia de la música en televisión, que para muchos sea conscientes de que esta será su carta de presentación ante el público, posiblemente represente su paso a otro nivel
    3. Permitir libertad idiomática total
    4. Ya olvidé que más, creo tenía un par de puntos extras pero los olvidé mientras escribía jeje

    Saludos desde Baja California, México (No me quiero imaginar si llegáramos a participar)

    ResponderEliminar